Dai, 2013-…

Colaboración con Jose Antonio Fernández bajo el pseudónimo de Rojo Sache.

Este proyecto nace, en parte, de la evolución de nuestra relación con el paisaje. En trabajos anteriores, se mantenía como único protagonista y, al tiempo, como nuestra herramienta para abordar temas relacionados con la ambigüedad (Nindus, 2011), el vacío (Da-dark, 2011) o el olvido (Frido, 2012-2013).

En Dai, el paisaje se compaña de otros personajes, de manera que pasa a ser un testigo silencioso e incluso un cómplice de hechos terribles cometidos por el hombre. Su lejanía, su aislamiento y su silencio convierten estos parajes en encubridores de los acontecimientos más oscuros.

En el año 2013, se juzgaron ciertos crímenes cometidos en España que sensibilizaron especialmente a la población, debido a la vulnerabilidad de las víctimas. Afectados por los hechos, iniciamos una profunda investigación que nos llevó a descubrir y documentar una gran cantidad de muertes y desapariciones ocurridas en nuestro país a lo largo de más de un siglo. El proyecto va tomando forma y se define al encontrar un denominador común a tantas de las historias que es el paisaje alejado y silencioso, convertido en ocultador de los acontecimientos más oscuros. Son estos lugares, capaces de guardar secretos y esconder sucesos, los que se convierten en el hilo conductor de este trabajo.

Las fotografías que conforman Dai muestran escenas construidas y abiertas a la interpretación que incluyen algunos elementos clave de esos asesinatos, pero en las que se ha evitado, de manera intencionada, aportar los datos sobre el crimen que cada una de ellas representa. Muchas de estas muertes conllevaron un enorme despliegue mediático en su momento, especialmente interesado en desvelar sus detalles más sórdidos. Por ese mismo motivo y como una reacción hacia él, se ha evitado avivar ese tipo de curiosidad. Pero todas las imágenes tienen una historia real detrás.

 

 

Dai, 2013-…

Collaboration with José Antonio Fernández under the pseudonym of Rojo Sache.

This project is born, partially, from the evolution of our relationship with landscape. In previous works, landscape was kept as unique subject and, as time passes, goes on to be our tool to address issues related to ambiguity (Nindus, 2011), vacuum (Da-dard, 2011) or forget (Frido, 2012-2013).

In Dai, landscape goes along with other more roles, as it becomes a quiet witness and even an accomplice to terrible occurrences carried out by human action. Its distance, isolation and silence turn these places into allies to the most dark casualties. These spots, capable of keeping secrets and hide incidents, are the ones which construct this story.

The project kicks off in 2013, by the sorrow that produced us certain violent events during that moment. We started to search more facts about it and that prompted us to wide our investigation, in sphere as well as in scope, and to find out and document a large amount of deaths and vanishings that happened in our country over the years.

The project takes shape and defines itself by finding that subject in common in all those stories of silent landscape, which says nothing and at the same time gives consent, which hides and keeps quiet.

The photographs that define Dai, show scenes opened to the interpretation that include some key elements of the murders, but in which we have dodged, intentionally, giving details about the crime every one represents. Many of these fatalities drew a lot of media attention because of the morbid fascination that implied. For this reason and, in a certain way, as a reaction against it, this curiosity has been avoided. But all the images have a real story behind.