Spirits and demons, 2010-2011.

Colaboración con Jose Antonio Fernández bajo el pseudónimo de Rojo Sache.

El mundo natural sirve de refugio a seres ancestrales que habitan en bosques, océanos y cielos que ocultaron su presencia al hombre progresivamente a través de los tiempos de manera que éste ya sólo parece recordarlos diluidos en mitos y leyendas.

Son seres sobrenaturales que cambian de nombre según la cultura pero que conservan sus ambiguas intenciones. Ellos prefieren observarnos y no ser observados.

El proyecto “Spirits and demons” (espíritus y demonios) descubre, a través de fotografías de espacios reales -salvo por su repetición inducida- la existencia de estas criaturas, mostrando su presencia, hasta ahora inédita, en el medio natural, ya sea cuidando del bosque, dominando el mar o vigilando desde el cielo.

El eco del pensamiento mágico parece transformarse en lógico y rescata una concepción animista del mundo. Allá donde miremos, encontraremos almas, espíritus,entes sobrenaturales, a medio camino entre los dioses y el hombre, a veces destructores y, otras, preservadores. Tan antiguos que habitan el universo mucho antes de la llegada del ser humano pero que, inevitablemente, tienen su destino unido a él.

Los espíritus son seres energéticos y sensibles, protectores de la vida, que habitan en los cuatro elementos (fuego, aire, tierra y agua) que componen el universo. Aunque son benignos, pueden dejar de serlo si se sienten amenazados u ofendidos. Tienen la capacidad de preservar la naturaleza e incluso al hombre frente a diversos peligros.

Los demonios son criaturas despiadadas y amorales, ajenas al universo de las emociones humanas y del resto de seres vivos. Son, por ello, temidos y su presencia resulta especialmente intimidatoria.

Sir James George Frazer escribió en 1890 un interesante tratado, “La Rama Dorada”,que comparte título con la pintura de Turner, situado entre lo científico y lo poético. A través de este estudio, que intenta explicar las codificaciones de la religión a través de mitos y ritos antiguos, Frazer se adentra en los vestigios del culto ancestral, señalando los bosques como los primeros recintos sagrados y situando allí, en el paisaje selvático,historias que encierran una profunda filosofía sobre la relación del hombre con las deidades y con la vida de la naturaleza.

En estos días, espíritus y demonios muy diferentes, cada uno con personalidad propia y una historia tan vieja como el mundo detrás, ven mermar sus hogares y se ven atrapados en espacios de menor tamaño. Algunos demuestran una clara actitud hostil hacia el hombre, al que identifican como el culpable; otros, sin embargo, viven la situación con indiferencia. Son semidioses destronados, vestigios del pasado, seres tan antiguos que hasta algunos han olvidado su propio nombre o existencia. Pero ahora han sido descubiertos y van a ser expuestos ante todos los ojos que quieran encontrarlos.

Hallamos nuestros propios espíritus y demonios dentro de las imágenes, a medio camino entre el mundo físico y el incorpóreo. Es el momento de mirar para ver, penetrando en el universo místico de estos seres primigenios.

 

Spirits and demons, 2010-2011.

Collaboration with José Antonio Fernández under the pseudonym of Rojo Sache.

The natural world works as a shelter for ancestral beings who live in woods, oceans and sky and hid their presence from humans progressively over the years so this one only seems to remember them blurred within myths and legends.

They are supernatural beings who change their names depending on culture but preserve their ambiguous intentions. They prefer to observe us and not to be observed.

The project Spirits and demons discovers, throughout photographs of real places –except for its induced repetition– the existence of these creatures, showing its presence, hitherto unknown, in the environment, caring for the forest, dominating the sea or looking after the sky.

The echo of magical thinking appears to be turning logical and recovering an animistic conception of the world. Everywhere we look at, we will find souls, spirits, supernatural beings, halfway between gods and human being, sometimes destructives, sometimes preservatives. So ambiguous that lived in the universe way before the arrival of human being but, inevitably, have their destiny connected to it.

Spirits are energetic and sensitive beings, protectors of live, which live in the four elements that form the universe (fire, air, soil and water). Although they are kind, they might turn evil if they feel threaten. They have got the capacity to preserve nature, even to protect human being against several hazards.

Demons are heartless and amoral creatures, unaware of the universe of human emotions and that of the rest of the living beings. They are, therefore, feared and their presence turns out to be intimidating.

Sir James George Frazer wrote an interesting study in 1890, The Golden Bough: A Study in Magic and Religion, which shares its title with the Turner’s painting, situated between science and poetry. Delving into this study, which tries to explain religion codifications through old myths and rites, Frazer gets himself into ancestral traces of cult, pointing woods out as the primitive holy spots and placing stories there, in the lush landscape, stories which cherish a deep philosophy about the relationship of human being with deities and nature life.

Nowadays, some very different spirits and demons, each one with a personality and a so old story as the world behind them, see how their homes decay and found themselves living in more little spots. Some of them demonstrate a clear hostile attitude against human being, who they identify as guilty of that. Some others, however, feel indifference. They are half gods ousted, traces from past, beings so old that some of them have even forgotten their own names or existence. But now they have been discovered and are going to be exposed in front of everyone who want to find them.

We find our own spirits and demons inside pictures, halfway between physical and immaterial worlds. It is the moment to look in order to see, to plunge into the mystic universe of these primitive beings.